miércoles, 29 de septiembre de 2010

Gerenciar el béisbol?

Béisbol y Gerencia.

Para muchos no es un secreto que el béisbol profesional, incluso el venezolano, pasó de ser un deporte (para quien lo practica) o un entretenimiento (para quien lo observa) a ser un espectáculo con todo lo que esto implica.

Bien es sabido que el deporte como tal se practica, en casi la totalidad de los casos, por amor a la “camiseta”, este amor pasa a ser interés cuando hay una contraprestación monetaria de por medio, a qué me refiero, es sencillo todos esos niños que comienzan jugando pelota, fútbol, básquetbol, tenis y muchos otros deportes lo hacen para realizar alguna actividad física, pocos alcanzan niveles de excelencia y los que lo logran convierten la práctica deportiva en una profesión, de la cual esperan lograr el sustento propio y el de su familia (evidentemente no estoy descubriendo el agua tibia).

Ahora bien, convertida la práctica deportiva en una profesión, quien la ejerce pretenderá (como es lógico y nada criticable) la obtención de los mayores beneficios, en este punto no creo que debamos ahondar porque se trata de un tema común para todas las profesiones u oficios.

En el caso de quien maneja el “negocio” del béisbol debe conocer y aplicar  criterios gerenciales como se haría en cualquier empresa, el deporte profesional tiene sus particularidades pero, en definitiva es un negocio en donde los accionistas esperan un rendimiento por su inversión.

Gerencialmente hablando es inexplicable que equipos tan poderosos (fútbol europeo, basquetbol y béisbol norteamericano, fórmula 1, y muchos etcéteras) terminen arrojando pérdidas financieras, claro esto tiene una explicación básica, mal manejo de los presupuestos.

Sólo por mencionar el caso del fútbol europeo en el que muchos equipos se preocupan en hacer fichajes multimillonarios y no toman en cuenta la incidencia de estos en el presupuesto, eventualmente este “gasto excesivo” no surte efecto ya que no se logra el objetivo, que no es otra cosa que la obtención de títulos.

Lo anterior sólo significa que la parte operacional del deporte no puede desvincularse de la financiera, es más debe atender las recomendaciones de ésta.

En el caso específico del béisbol profesional conozco situaciones en las que decisiones salen de las vísceras y no obedecen a ningún criterio gerencial, por ejemplo despedir al mánager del año sencillamente “porque no me agrada” o despedir al sustituto de este “porque vio feo (si porque vio feo) a un directivo”, en ambos casos las decisiones tuvieron efectos nocivos, por calificarlos de alguna manera, en el equipo, tanto en la parte deportiva (en los dos casos se estaba haciendo un buen trabajo) como en la parte financiera (existían contratos garantizados que hubo que cumplir).

Una empresa no puede ser manejada de esta manera sin sufrir las consecuencias en el negocio (deportiva y financieramente hablando), por otra parte también es previsible que las decisiones que se toman basadas en el grado de amistad de los involucrados y en las que no se privilegian los intereses del equipo, seguramente terminaran perjudicándolo.

A manera de reflexión concluyo con lo siguiente, un gerente no puede poner sus intereses particulares por encima de los del equipo, así mismo el hecho de haber practicado el deporte o de batear .300 de por vida no te hace conocedor del negocio y mucho menos buen gerente.

Hay que aplicar una buena gerencia para obtener los resultados que se buscan, esto es aplicable a todos los negocios, incluso al béisbol.

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